La importancia de limpiar tus brochas y esponjas de maquillaje
El maquillaje es un conjunto de elementos que muchas personas utilizan para obtener un rostro con el aspecto que más les gusta. Se puede hacer más natural, colorido, para destacar un parte concreta de la cara…
Hay multitud de técnicas, productos y métodos que facilitan crear un look para sentirnos bien con nosotros mismos, ya que además, cada vez se deja más a un lado la idea de que el maquillaje solo sirve para esconder nuestra apariencia real.
Es importante elegir unos buenos productos para maquillarnos, de calidad y con las características adecuadas a cada tipo de piel, bases líquidas o en polvo, máscaras con productos que no irriten, labiales que hidraten, brochas y esponjas suaves…
En Los Imprescindibles puedes encontrar algunos artículos relacionados con el maquillaje como este sobre los tipos de iluminadores más populares o algunos trucos para mieles maduras. Pero hoy queremos centrarnos en las herramientas con las que aplicamos muchos de los productos principales: las brochas, pinceles o esponjas.
Dando por hecho que la buena calidad es la primera premisa para obtener buenos resultados, hay otros factores que juegan un papel importante a la hora de usar brochas y esponjas de forma adecuada. Uno de los más importantes es la limpieza de estas herramientas.
Ya sea para aplicar productos en polvo, líquidos o en crema, es de vital importancia que limpies con lo que lo aplicas, lo ideal, una vez a la semana, o como máximo una vez al mes, también dependiendo del uso que les des.
Razones por las que resaltar la importancia de limpiar tus esponjas y brochas:
-Pueden dañar tu piel. Al acumular restos de productos, suciedad, polvo o humedad, se crea un escenario perfecto para la proliferación de bacterias que pueden producir en tu piel reacciones e irritación.
-Obstruyen los poros. Una brocha sucia agregará una capa de sustancias y elementos que taparán y ensuciarán los poros, lo cual favorece a la aparición de granitos y acné.
-Estropean tu maquillaje. Si pones un pincel con acumulación de otros productos o con porquería en una sombra, estos gérmenes y bacterias se trasladarán al producto, de modo que cada vez que lo uses también te estarás aplicando esos elementos dañinos.
-Dificultan la aplicación. Un hecho bastante obvio es que si, por ejemplo, tu esponja está llena de maquillaje, incluso de varios tipos, no transferirá bien a la piel el maquillaje que cojas, porque habrá perdido sus características de aplicación.
-Pierden vida útil. Cualquier herramienta de maquillaje que esté sucia o con exceso de producto, a la larga tenderá a debilitarse, agrietarse, resecarse o incluso enmohecerse, con lo cual no podrás salvar la situación y tendrás que comprar brochas o esponjas nuevas.
En realidad quitar la suciedad de esponjas, brochas y pinceles es muy sencillo, ya que los productos básicos como el agua tibia y el jabón de casi cualquier tipo serán tus aliados.
Puedes hacerlo con tus propias manos, pero para obtener mejores resultados en este proceso de higiene, existen productos como los que dejamos a continuación de los que te puedes ayudar y no volver a usar nunca más una brocha sucia.
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